Invader Studios nos lleva una vez más por un viaje aterrador con nuevas mecánicas, una narrativa más profunda, y muchos sustos en Daymare 1994: Sandcastle

Daymare 1994: Sandcastle se prepara para llevarnos una vez más a lo más profundo del horror con un nuevo Survival Horror renovado y fresco para los tiempos que corren. Para quienes no hayan escuchado hablar del título es la precuela de Daymare 1998, un título de 2019 que a pesar de tener algunos detalles algo verdes supo sorprender con nuevas mecánicas y una dificultad brutal. Pero además con una vuelta de rosca al género que le aportó cierto frescor a la fórmula que ya conocemos. 

Esta precuela se anunció en mayo de 2021 y le dejó entrever a los jugadores que iban a ir a uno de los lugares más místicos y terroríficos del planeta. Para quienes hayan jugado la primera entrega, hay una discusión relacionada a una operación que salió mal en Groom Lake (Área 51), cosa que fue confirmada posteriormente y personalmente me llenó de alegría. Ambos juegos están desarrollados por un estudio independiente Italiano llamado Invader Studios y que para su primer juego contó con la publicación por parte de All in! Games (Ghost Runner/ Tools Up) y Destructive Creations (Ancestors Legacy).

Por su parte, Daymare 1994: Sandcastle fue publicado por el publisher Leonardo Interactive, gracias a quienes pudimos jugar de forma anticipada tanto la demo del juego cómo el título completo en su totalidad. Así que si cargan sus armas y se ponen sus chalecos los invito a seguirme por los corredores oscuros del complejo de Groom Lake para contarles todo lo que necesitan saber de Daymare 1994: Sandcastle. 

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No cabe duda alguna que el Área 51 y todas las bases que “se supone” esta comprende, es uno de los lugares más misteriosos del planeta, y uno de los sitios que más terror evoca en todo el imaginario colectivo. Es por esto que el setting para el segundo juego en la franquicia Daymare (que de acuerdo a lo que sabemos está planificado a ser una trilogía) no podría tener un mejor lugar para ocurrir. Aunque esto lo aleja de las múltiples locaciones dentro de Keen Sight en el primer juego, estén tranquilos que lo que los subsuelos de Nevada tienen para nosotros es mucho, pero mucho más.

Pero déjenme comenzar por el principio. Daymare 1994: Sandcastle es Survival Horror en tercera persona que nos pone en la piel de la agente Dalila Reyes, un operativo del grupo especial H.A.D.E.S. (Hexacore Advanced Division for Extraction and Search). A diferencia de la primera entrega, esta vez la historia se cuenta entera desde la perspectiva de un sólo personaje. Después de introducirnos rápidamente a la carismática Dalila, vemos en las noticias que algó ocurrió en Nevada en las cercanías de Groom Lake el departamento de defensa nos envía a una operación de extracción. 

En adición tenemos que hacerlo antes que la Sección 8, un grupo que responde directamente al Presidente de los Estados Unidos. Obviamente y cómo cabe esperar se nos informa que esta va a ser una operación fácil, sigilosa, y rápida. Por otro lado, cómo también cabía esperar… Resulta no ser nada de eso. Ni bien llegamos a las afueras del complejo vemos que algo no está bien, el ambiente está raro y el comité de bienvenida no está por ningún lado (Algo que sorprende de sobremanera del lugar donde disparan primero y preguntan después). 

Las cosas no tardan mucho en empezar a complicarse y los cadáveres empiezan a aparecer por todos lados conforme avanzamos por la primera media hora de la historia y acá es cuando empezamos a ver un atisbo de lo que Daymare 1994 nos tiene preparados. A diferencia de los zombis del primer juego, Sandcastle nos enfrenta a criaturas que se producen a través de cadáveres reanimados por impulsos eléctricos que pululan flotando por todo el complejo. ¿Hay un porqué? Por supuesto, pero van a tener que jugarlo para averiguarlo. 

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Las diferencias con Daymare 1998 no terminan en la cantidad de personajes jugables ya que la precuela cambia también un aspecto fundamental de Daymare 1998 y es la recarga. En el anterior juego cada bala en el cargador cuenta, y si no recogemos los cargadores nos vamos a encontrar rápidamente con municiones que quizás no vamos a poder usar durante una pelea, y eso es un problema enorme. Para Daymare 1994 esta dimensión extra en dificultad y estratégia fue removida y aunque la mecánica de cargadores no está más presente, otra llegó para reemplazarla. 

En nuestra nota sobre la demo de Daymare 1994 comenté esto y cómo se había simplificado la mecánica volviéndolo un Survival más clásico. La realidad es que después de haber pasado por el juego completo no podía estar tan equivocado. Si bien a primera vista resulta más fácil no tener que pensar en la cantidad de balas que queda en la recamara ni en recoger los cartuchos que descargamos, el concepto detrás de los nuevos enemigos mantiene esa dificultad. 

Los enemigos son pura energía, o al menos la fuente de su reanimación, por lo que podemos cansarnos de matar enemigos que siempre van a volver si no eliminamos lo que los reanima. Para peor hay dos tipos de energías, las rojas y las azules, y los enemigos poseídos por el primer tipo son inmunes a las balas. ¿Entonces qué podemos hacer? Acá entra en juego la nueva mecánica del Frost Grip, un dispositivo que nos permite rociar nitrógeno líquido a los enemigos y así congelarlos. 

Esto no sólo nos sirve para pelear contra los enemigos y darles un final definitivo sino que además sirve para la resolución de varios puzzles a lo largo del juego. Desde apagar incendios a refrigerar caños, el Frost Grip es definitivamente necesario si queremos sobrevivir a lo que hay bajo las entrañas del Área 51. Aunque a lo largo del juego sólo contamos con dos tipos de armas, un fusil automático y una escopeta, es en el nitrógeno líquido donde vamos a encontrar variedad. 

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Por otro lado, repartidas por el juego podemos encontrar estaciones que nos permiten mejorar nuestro equipo, las cuales además se inhabilitan tras elegir una mejora. A medida que avanzamos nos encontramos con que el Frost Grip tiene muchos más usos de los que podíamos imaginar, lo que incluye incluso un escudo protector de hielo. Pero no quiero arruinarles todas las sorpresas ahora, sepan que el gameplay puede ser básico y repetitivo, pero que también nos da herramientas para ser creativos en el combate. 

¿Pero entonces cómo eliminamos a los enemigos? Cuando “matamos” una criatura vamos a ver que la energía o bien se disipa o abandona el cuerpo concentrada en una esfera de luz (azul o roja cómo ya dije). Sí queremos evitar que esta esfera posea otro cuerpo, y por ende sigamos gastando balas, le tenemos que lanzar una bola de hielo concentrada y así obligar a la energía a disiparse. Por otro lado, si un orbe azul posee a un enemigo de energía azul, nos vamos a encontrar con una criatura de energía roja, la cual vamos a tener que congelar previamente para poder hacerle daño. 

Aunque generalmente podemos evitar algunos enfrentamientos, nos vamos a encontrar en momentos donde el juego nos obliga a pelear. En un momento determinado incluso, si no resolvemos una situación en particular, los enemigos no dejan de venir nunca hasta que nos quedamos sin municiones (o nitrógeno) e inevitablemente morimos. Cómo mencioné algunos párrafos atrás, esto le da más variedad al juego y reemplaza en el punto estratégico a los clips recargables de la primera entrega. Además que nos hace pensar muy bien (y muy rápido) donde va a ir cada bala, y si conviene agrupar a los enemigos para enfrentarlos… Con los riesgos asociados que eso conlleva. 

En un apartado completamente diferente, la gente de Invader Studios realizó un trabajo sublime en la ambientación. Cada vez que salimos a la superficie es un respiro de los pasillos oscuros por los que nos tenemos que arrastrar bajo los suelos de Nevada, en una instalación bestialmente grande que se expande kilómetros por debajo de la superficie. Pero una de las cosas más importantes es que en sus diseños no cae en la repetitividad y nos encontramos con un vasto complejo de diferentes matices. 

Aunque Daymare 1994 cambió la estructura en la que se desarrolla su historia, es decir un solo personaje, y una sola locación, nos encontramos con una gran variedad de escenarios por los que desplazarnos. Desgraciadamente en este punto, se siente que el juego tiene un nivel bastante menor de backtracking respecto a su predecesor. Esto no quiere decir que el juego no nos haga revisitar diferentes áreas del complejo, quizás sea que tenga más zonas de un progreso lineal. Lo que es seguro es que cada locación está crafteada hermosamente con un nivel altísimo de detalle. 

Para finalizar, creo que Daymare 1994 se para sobre los hombros de su predecesor y logra traer una secuela/precuela digna que sigue aportando sus propios condimentos al género del Survival Horror. De hecho esta nueva entrega se siente incluso menos cómo un homenaje a aquellos grandes juegos de terror con los que supimos crecer. 

“Al igual que para Daymare: 1998, también en Daymare: 1994 Sandcastle hay muchas conecciones a otras óperas, leyendas urbanas y datos de la historia real. Desde este punto de vista, esto nos influenció para escribir la historia del juego, trabajando alrededor de ellos y creciendo nuestras ideas propias y originales. Desde otro punto de vista queremos poner nuevamente tributos visuales, de utilería y celebraciones para todas estas películas, libros, videojuegos. que nos influenciaron de una forma u otra para este nuevo juego. Los jugadores van a descubrir más durante el progreso de la historia del juego y del gameplay”

Esto no quiere decir que no tome inspiración ya que vamos a encontrarnos con un gran número de referencias a juegos de terror e incluso el cine. Algo que cómo nos dijeron los chicos de Invader Studios “influenció para escribir la historia del juego, trabajando alrededor de ellos y creciendo nuestras ideas propias y originales”. No quiero arruinarles la sorpresa pero incluso me encontré con referencias a otros grandes del cine, fuera del género del terror. 

Daymare 1994 se pone a la venta el día 30 de agosto de 2023 para la actual y la vieja generación de consolas, tanto para PlayStation 4 y 5, PC, Xbox ONE y Series X|S, y Nintendo Switch.

Conclusión personal

Daymare 1994: Sandcastle da un paso más adelante en la dirección correcta del camino que Invader Studios comenzó a caminar en 2019 con Daymare 1998. Esta precuela cuenta con una atmosfera increíbley me tuvo en completa tensión en todo momento, aunque a la vez me obligó a seguir con cada nueva pieza de información que descubría de una historia perfectamente crafteada. Aunque no hay casi variedad de enemigos, y podrían estar más pulidos, las nuevas criaturas presentan un reto desafiante incluso en los modos más bajos de dificultad, por lo que Daymare 1994: Sandcastle termina por entregar una historia intrigante, con un gameplay interesante, y una nueva vuelta de rosca al género. Sin dudas recomendado, y por acá vamos a estar esperando la tercera entrega.