The Legend of Zelda Tears of the Kingdom: Lloramos de emoción

The Legend of Zelda Tears of the Kingdom: Lloramos de emoción

29/05/2023 2 Por Francisco Sgherza
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The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es más grande, más completo y mucho más narrativo. Conocé qué nos pareció en esta review.

The Legend of Zelda es casi sin dudarlo una de las franquicias más importantes en la historia de los videojuegos. Creada originalmente por Shigeru Miyamoto y con más de 30 juegos en su historia, se trata de una serie de juegos de aventura en reinos de fantasía. Sus títulos nos ponen en la piel de Link, y atraviesan diferentes Eras, reencarnaciones, y líneas de tiempo en una batalla eterna contra el mal. 

Después de poco más de 7 años tras el lanzamiento de su último juego para Nintendo Switch y Nintendo Wii U, Breath of the Wild, tiene su secuela y los fanáticos de The Legend of Zelda finalmente pueden volver a Hyrule. The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es la nueva entrega de la franquicia de rol y fantasía de Nintendo. El juego dirigido por Hidemaro Fujibayashi y producido por Eiji Aonuma fue anunciado en 2019, y terminó por ver la luz en mayo de este corriente 2023.

En 2017 The Legend of Zelda: Breath of the Wild causó un gran revuelo y cosechó un gran número de críticas perfectas, e incluso se ganó el título de GOTY de ese año. En lo personal siempre tuve una relación un poco especial con el juego, no porque no lo haya disfrutado, sino porque algunos elementos no me terminaron de cuajar del todo y me dejó algunos sabores agridulces. A raíz de esto había varios elementos que quería volver a ver de iteraciones pasadas y tenía algunas dudas sobre su secuela.. 

Como consecuencia de esto tenía mis reservas ante tan esperado lanzamiento, y me inundaron la emoción y el miedo por igual. ¿Qué tiene de nuevo?¿Cuánto tiene de su antecesor? y más importante ¿realmente vale tanto la pena? Por suerte mi cabeza cambió radicalmente con sólo empezar a jugar Tears of The Kingdom, y si me acompañan les cuento todo lo que tienen que saber del candidato seguro a GOTY de este año

Crisis en el Castillo de Hyrule

La historia de «Tears of the Kingdom» comienza directamente con los eventos que vimos en el primer tráiler algunos años atrás. Por alguna razón, la cual se desarrolla a medida que jugamos, Link y Zelda están investigando las catacumbas bajo el Castillo de Hyrule, un lugar prohibido incluso para la familia real desde tiempos ancestrales. Algo malvado está despertando en Hyrule y en las profundidades está la respuesta, la momia de Ganondorf. Después de una intensa cinemática Zelda desaparece y Link despierta en una isla en el cielo con mil preguntas y un mundo nuevo (algo así) por explorar. 

La historia del juego se expande mucho más de lo que vimos en Breath of the Wild, pero además está mucho mejor llevada y con una narrativa sublime. El mundo entero de Tears of the Kingdom tiene algo para contarnos y hace que los contrastes con su antecesor sean muy pronunciados en algunos apartados. A diferencia de su antecesor, el mundo se siente muchísimo más vivo gracias al World Building de esta nueva obra. Todo lo que vemos, ya sean las construcciones, los personajes, o los nuevos artefactos, todo sirve a un propósito dentro del mundo y de su historia. 

The Legend of zelda

El Reino de Hyrule está patas para arriba, el castillo está flotando, nuevas islas aparecieron en el cielo y Zelda y Link desaparecieron. Esto pone en marcha diferentes fuerzas de búsqueda e investigación, e incluso rescate. Además que toda la historia se desarrolla durante un proceso de restauración de Hyrule. No olvidemos que el Reino estuvo prácticamente paralizado por un siglo.   

El juego entero se apoya fuertemente en la antigua civilización de los Zonai, y una gran parte del lore los tiene en el centro de la escena. La historia y el motor de diferentes situaciones se apoyan de manera muy sólida en los misterios arqueológicos de esta civilización que vivió en tiempos anteriores al reinado de Hyrule. Lo que hace que todo esté rodeado de un aura de misterio y fortalezca las ganas de explorar cada rincón del reino una vez más. Esto también colabora fuertemente a la construcción del mundo de Tears of the Kingdom, y resulta en una experiencia muchísimo más completa y rica que Breath of the Wild.  

The Legend of zelda

Una de las bases para la creación del primer The Legend of Zelda por parte de Shigeru Miyamoto fueron las cavernas donde solía jugar cuando era chico. Miyamoto quería transmitir esa sensación de aventura a los jugadores e incluso poner Link al personaje principal del juego fue sólo una mera forma de unir (Link en inglés) al jugador con el mundo del juego. Breath of the Wild por su parte le otorgó al jugador esa misma libertad y no linealidad del primer juego pero Tears of the Kingdom ajustó la fórmula y lo hizo de una forma ligeramente diferente. 

Para esta secuela la no linealidad de su antecesor se rompió un poco, incluso podemos decir que se dobló. El juego comparte la misma sensación de aventura y descubrimiento que Breath of the Wild, incluso en lugares que ya visitamos, pero lo hace de otra forma. El juego se divide en tramos que nos permiten jugar de forma completamente libre, pero que para llegar a determinados puntos necesitamos haber pasado por otros (de la forma que deseemos). 

The Legend of zelda

Vamos a pensarlo así para evitar cualquier spoiler de Tears of the Kingdom, en Breath of the Wild, si queremos salir del Gran Plateau necesitamos el parapente. El orden en que hagamos los Shrines para obtenerlo es irrelevante, incluso las estrategias que usamos para llegar. Tears of the Kingdom nos da la misma libertad que su antecesor, pero con una historia rica que se desenvuelve a medida que avanzamos. De esta forma me encontré con varias recompensas en forma de batallas, situaciones, o lugares para investigar que quizás no estaban trazados en la línea principal.

Todo esto se lo debemos al Zonai Survey Team, un equipo de arqueólogos e investigadores dedicados a investigar las ruínas Zonai para intentar dar con Zelda y Link (al menos con nosotros hasta que aparecemos). Lo que le da veracidad al mundo y a las historias paralelas que contiene. Sobre todo porque a diferencia de la anterior entrega, donde nadie nos reconocía tras 100 años de sueño, muchos de los NPC que encontramos en el camino nos reconocen inmediatamente y ayudan a construir el mundo de juego. Cada uno de ellos nos ofrece alguna pieza de información sobre su investigación, además de estar al pendiente del estado actual de Hyrule y la desaparición de la princesa, el mundo se siente más “real”.  

Redescubrir Hyrule

Las primeras 5 horas de juego me las pasé explorando la Gran Isla del Cielo, un análogo del Gran Plateau de Breath of the Wild con aproximadamente su mismo tamaño y diferentes niveles. La gran diferencia creo que es obvia y es que se encuentra suspendida sobre el cielo de Hyrule. Acá es donde vamos a conocer a Rauru, uno de los personajes fundamentales de la historia de Tears of the Kingdom y quién nos ofrece las primeras habilidades que vamos a usar en nuestra nueva aventura. El mapa es enorme y tiene mucho para ofrecernos, y durante estas primeras horas de juego me sentí completamente atraído a todo lo que veía, todo lo quería explorar y todo lo quería probar. 

Se trata de un entorno completamente nuevo con una gama de colores diferentes que nos invitan a explorar hasta el último de sus rincones, pero más importante aún es que nos invita a experimentar. Un punto al que hacía referencia algunos párrafos atrás es que la intención de Shigeru Miyamoto con el primer The Legend of Zelda se siente patente en Tears of the Kingdom y es que el mundo nos sorprende e invita a cada paso. En el caso de la Gran Isla del Cielo además, nos invita a experimentar con las nuevas habilidades de Link. Y es que en muchas ocasiones vamos a necesitarlas para avanzar o para resolver situaciones (Aunque vamos a hablar sobre esto más adelante). 

The Legend of zelda

El mapa de Hyrule ahora es significativamente más grande, y terriblemente más vertical. La superficie del Reino está comprendida exactamente por el mismo mapeado que vimos en Breath of the Wild pero con cambios significativos dados por la evolución en el tiempo tras su anterior entrega y por el fenómeno que se está produciendo en el Reino. La Convulsión, o Upheaval en inglés, rompió el territorio de Hyrule produciendo la caída de ruinas que aparecieron en el cielo, la aparición de nuevas cuevas, y enormes aperturas a un mundo oscuro subterráneo. 

En concreto Tears of the Kingdom contiene 3 mapas con la superficie del territorio de Hyrule, sus profundidades, y el cielo; y la aventura nos lleva a explorar los 3. Esto es algo parecido a lo que ocurre con The Legend of Zelda: Skyward Sword donde el juego tiene pequeñas islas flotando en un mar de nubes y un mapa más grande en la superficie. Aunque salvando las distancias ya que Skyward Sword no tiene un mundo abierto cómo BOTW y TOTK, utilizan prácticamente el mismo principio.

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Lo más sorprendente del caso de Tears of the Kingdom es que la navegación entre sus 3 mapas es completamente libre y (casi) sin tiempos de carga. Si nos tiramos desde lo alto del cielo hasta las profundidades de la tierra lo podemos hacer sin ningún tipo de inconveniente, aunque experimenté un par de veces que el juego freezara la caída unos segundos. Dicho esto, en las más de 90 horas que llevo jugando Tears of the Kingdom esto sólo ocurrió 3 veces… Nada mal ¿No? Eso sí, el juego tiene tiempos de carga si hacemos uso del viaje rápido o al entrar en los diferentes Shrines que el juego ofrece. 

La estructura básica del mapa es la misma, pero Tears of the Kingdom ofrece mucho, y digo mucho, contenido para explorar. Ir a zonas que ya conocíamos y ver cómo cambiaron o que ofrecen de nuevo es una experiencia sumamente gratificante. Por ejemplo, la cámara de resurrección en la que despertamos en Breath of the Wild es diferente de cuando la vimos por última vez, o el estado actual del pueblo de Kakariko. Además que el cielo nos tiene guardados su propia cantidad de Shrines por resolver.

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No les voy a mentir, una parte importante de mi ser no podía evitar pensar en que Nintendo había hecho trampa. Porque resulta difícil ignorar la aparición de nuevos Shrines en los mismos lugares que las anteriores, o el hecho de que el mapa es igual que en su predecesor. Pero después el juego empieza a mostrar sus verdaderos colores y cómo ofrece cambios sustanciales que sorprenden al jugador (incluso también en los cambios mínimos). Entonces ¿En qué quedamos? 

La superficie de Hyrule es la misma, sí pero no sus cielos o sus profundidades los cuales son mapas completamente nuevos, diferentes, y que van a tomar cientos de horas para explorar. ¿Les mencioné que las profundidades estaban completamente a oscuras? Esto ofrece no sólo una nueva área de exploración, sino que además lo llena de peligros, ya que los enemigos que se encuentran en las profundidades pueden restarnos contenedores de corazón (temporalmente).  Además cabe destacar que la topografía de Hyrule en sí también ofrece cosas nuevas. Cómo para redondear este apartado creo que puedo asegurar que a pesar del contenido repetido de su anterior entrega, Tears of the Kingdom tiene muchísimo más para ofrecerle a los jugadores, y es increíble de descubrir por uno mismo. 

Armas derruidas con un gameplay renovado.

Uno de los problemas más grandes de Breath of the Wild, al menos personalmente hablando, fue la duración de las armas (Incluída la Master Sword). Desgraciadamente esto no sólo no lo removieron para la secuela sino que las armas se encuentran en peor estado que en su predecesor. La cosa es así, Hyrule está siendo arrasado por una sustancia rojiza y negra conocida cómo Gloom, esto no sólo nos afecta a la salud sino que también produce que todas las armas del Reino se encuentren oxidadas. 

Acá es donde entran en juego las habilidades nuevas de Link gracias a su nuevo brazo derecho. En lugar de las habilidades que aportaba la tabla Sheika en el juego anterior, ahora Link puede usar nuevas tecnologías que suplantan y expanden las anteriores. Por un lado Link puede usar la Ultra Hand que nos permite agarrar y mover casi cualquier objeto, y no sólo eso sino también pegarlo a otros objetos para construir básicamente lo que deseemos gracias a la tecnología y los objetos que dejaron los Zonai

The Legend of zelda

El título te invita a usar la creatividad en todo momento, no sólo para sus más locas construcciones cómo ese burning man erecto que vimos en internet sino también para encontrar soluciones creativas a los problemas que nos presenta. Por otro lado, Link cuenta con la habilidad de Ascend que puede ponernos en el lugar indicado si sabemos buscar bien, por ejemplo en un fuerte de Bokoblins donde una cueva tapada por hielo nos deja estratégicamente debajo de sus tesoros puede evitarnos una larga pelea. Sí nos damos mañana y pensamos, podemos resolver incluso las situaciones más desafiantes en cuestión de segundos. 

Esto se complementa con la habilidad de Autobuild que nos permite construir cualquier cosa que ya hayamos fabricado en el pasado, o en base a planos que hayamos encontrado. Además se termina por coronar con una de las habilidades que más vamos a usar en el juego y es Fuse. Dado que el ambiente mismo está destruyendo todas las armas lo mejor que podemos hacer es reforzarlas, y para esto usamos Fuse. Esta habilidad no sólo nos permite unir las cosas más locas, sino que también nos demanda creatividad y análisis. 

The Legend of zelda

Si vamos por ahí uniendo cosas sin sentido nos vamos a quedar con armas débiles, pero si nos guardamos algunas armas básicas para fusionarlas con las más poderosas los resultados van a servir mucho más en nuestro favor. Esto añade otra dimensión al combate y a todo lo que debemos prestar atención. La cantidad de combinaciones roza el ridículo y nos siempre van a ser favorables, pero una vez que aprendemos a dominarlas se vuelven muy útiles. 

Esto por supuesto no se limita a las armas que usamos de mano sino que también nos sirve para combinar flechas con todos los objetos que recogemos, dando lugar a flechas con características elementales e incluso con mayor fuerza de daño.Para todo esto el juego sigue montado sobre el increíble motor de físicas que dio lugar a Breath of the Wild, y que en Tears of the Kingdom resulta expandido significativamente. 

Las lágrimas del Reino

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es sin lugar a dudas un juego muchísimo más completo que el anterior y muchísimo más grande, aunque no por eso no peca de algunos de sus inconvenientes. Lo que sí es destacable es que Nintendo supo solventar esos inconvenientes y se nota que prestaron atención, los dungeons en Tears of the Kingdom son significativamente mejores que en Breath of the Wild y da placer explorarlos, algunos incluso se sienten con la esencia de los dungeons de juegos más viejos. 

Al igual que Breath of the Wild, Tears of the Kingdom es un juego cuyo apartado artístico sabe sobreponerse a las limitaciones técnicas de la consola y comparte gran parte del mismo con su predecesor. Además añade una nueva paleta de colores para las zonas nuevas del juego que en conjunto con los detallados efectos visuales lo hacen verse no sólo igual sino incluso más bello. Esto puede ser un punto visto cómo un punto en contra del juego, o al menos uno que no destaque, al sentirse que no hubo un cambio tan significativo, pero el resultado final nos sigue quitando el aliento.  

The Legend of zelda

En lo que respecta al apartado técnico, Tears of the Kingdom funciona sorprendentemente bien con algunas bajadas de frames esporádicas que dependen de la cantidad de acción y carga que hay en la pantalla. El juego no sacrifica nada del original y por el contrario en algunos momentos pareciera que tenemos incluso más detalles. Desgraciadamente Tears of the Kingdom está atado a un hardware que viene pidiendo un cambio a gritos hace años, pero que con lo que tiene hace magia y logra entregar un producto que debería ser estándar de calidad para cualquier juego que salga en la plataforma. 

Finalmente uno de los puntos más impresionantes es que salió sin bugs, al menos no experimenté ninguno por mi parte en más de 90 horas, si tenemos en cuenta que el juego nos permite combinar casi cualquier objeto y construir lo que se nos ocurra sin romperse. Creo después de haber experimentado Breath of the Wild y haberme zambullido por una cantidad enorme de horas en Tears of the Kingdom, que esta secuela es tan demencial que deja cómo una demo técnica al GOTY de 2017. 

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom se puso a la venta el día 12 de Mayo de 2023 en exclusiva para la Nintendo Switch y se puede conseguir en formato digital por AR $ 13.450 (Sin impuestos) en la tienda online de Nintendo, además de en formato físico en tiendas. Cabe destacar también que el juego es elegible para el programa de cupones de Nintendo Switch Online, donde se pueden conseguir dos juegos digitales a un precio significativamente menor. 

Conclusión personal

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es una obra increíble que deja bien marcadas las bases de cómo se tienen que hacer las cosas. No sólo a nivel técnico sino también en el world building, narrativa, y desarrollo. Después de un Breath of the Wild que no me convenció del todo en algunos aspectos, Nintendo redobló y triplicó la apuesta con un juego que supera a su predecesor en casi todos sus aspectos, y qué cómo dije en la reseña, lo hace quedar por momentos cómo una demo técnica. Si tienen una Nintendo Switch, Tears of the Kingdom es un juego más que recomendado, y diría casi obligatorio, el cúal no tengo dudas que va a ser un fuerte contendiente a juego del año y no sé si no su ganador. 

Datos extra

  • Desarrollador: Nintendo
  • Publisher: Nintendo
  • Plataformas: Nintendo Switch
  • Fecha de publicación: 12 de Mayo de 2023
  • Análisis hecho en: Nintendo Switch
  • Análisis publicado: 29 de Mayo de 2023