Review – Spiritfarer
01/10/2020Algo que siempre nos preguntamos es qué hay del otro lado una vez que dejamos de existir en este mundo pero todas las conclusiones terminan en conjeturas infinitas. Lo que nunca se nos cruza por nuestra cabeza es COMO es el viaje al más allá. ¿Qué aventura nos espera antes de aceptar nuestro destino? ¿Qué podemos conseguir en el camino hasta entender que nuestro tiempo en esta existencia ya finalizó? Spiritfarer intenta responder estas preguntas y muchas más, por lo que te invito a leer más acerca del juego en esta review.
Recién llegada al más allá, Stella es encomendada por Caronte (el barquero del Hades en la mitología griega) a reemplazarlo como la nueva Spiritfarer, una persona encargada de llevar las almas a su destino final, el Everdoor. Caronte está cansado y antes de despedirse nos otorga nuestras herramientas de trabajo: el Everlight, una especie de herramienta multiuso y nuestro propio barco. Una carcacha un poco venida a menos y desordenada pero que es lo suficientemente firme para comenzar nuestros primeros pasos.
Nuestro propósito es invitar a los distintos espíritus a bordo de nuestro barco, en donde dejan su aspecto más básico para tomar una forma más humanoide y comenzar su travesía. La primera que viene a nuestro barco y la que nos ayuda en el tutorial es Gwen, una amiga nuestra que toma la forma de una cierva y que tiene algunos gustos un tanto excéntricos que debemos satisfacer si queremos que su estadía sea fortuita.
Todos los espíritus tienen ciertos hobbies, actividades propias, y gustos culinarios que tenemos que descubrir a medida que los vamos conociendo y así mantenerlos felices pero para conseguir todo esto deberemos hacer un buen uso de nuestras habilidades para recolectar materiales, ingredientes y objetos necesarios para construir lo que ellos necesitan y así lograr avanzar en la historia.
¿Pero cómo podemos conseguir madera de un árbol dentro de un barco? Bueno, acá es donde brilla el componente de exploración y aventura de Spiritfarer. Dentro de nuestro camarote tenemos un mapamundi con diferentes locaciones para visitar y conseguir objetos. De esta forma podemos visitar islas abandonadas, puntos turísticos, minas, fábricas y ciudades paradisíacas entre otros lugares a lo largo y ancho de nuestra aventura. En estas locaciones podemos comprar provisiones, realizar minería para conseguir minerales, o talar árboles y conseguir frutas y verduras.
Además de mantener a los tripulantes felices, una gran parte de nuestra vida en altamar se basa en tener un correcto management de nuestro barco que se convertirá de a poco en una mini ciudad donde podremos construir distintas instalaciones que nos harán la vida más fácil como por ejemplo habitaciones especiales para los tripulantes, vitales para avanzar en el juego, una cocina para preparar delicias culinarias, refinerías para forjar metales, granjas para cosechar semillas de diferentes tipos, un telar para hacer ropa, entre muchas otras que podremos construir y nos darán acceso a más y mejores elementos de crafteo.
Esto ocupa preciado espacio en nuestro navío, por lo que tenemos que estar siempre pendientes de agrandar nuestro espacio y acomodar todo como si se tratara de un Tetris de habitaciones. Esto crea un sin fin de combinaciones y sin dudas algo bonito para ver como todo conecta mediante escaleras, techos inclinados, y chimeneas que podremos recorrer ágilmente como si fuéramos unos verdaderos marinos.
Spiritfarer puede ser considerado un Metroidvania ya que a medida que invitamos a más miembros a nuestro barco nos van dando Obols, que podremos usar para obtener nuevas habilidades. Al colocar los Obols en altares desperdigados por el mundo, Stella adquiere habilidades especiales como planear, un doble salto, o usar ciertos objetos que antes no podíamos y así recorrer lugares nuevos. También podemos visitar el astillero de Albert para mejorar nuestro barco expandiendo su espacio o mejorándolo para romper hielos, y mucho más.
El apartado gráfico es una delicia total y muy fluido con especial atención e importancia en las expresiones. Por otro lado los pequeños detalles son tan sutiles que hasta nos damos cuenta de ellos luego de haber jugado por largas horas. Un ejemplo lo tenemos cuando nos ponemos a pescar, una acción que podemos hacer en todo momento dentro del barco y que luego de unas 20 horas me di cuenta de que cuando un pez pica la carnada y Stella retrae el riel, comienza a hacer fuerza con los pies para tener más fuerza y atrapar así a nuestra presa. Detalles así de pequeños y tal vez más chicos plagan el mundo y son un gustazo para ver.
Spiritfarer es un juego divertido e ideal para relajarse un rato y si bien el juego ocurre en el más allá y trata la dura temática de aceptar la pérdida de un ser querido, no se lo toma como algo trágico sino todo lo contrario. Nos plantea la partida como una aventura en la que celebramos la presencia de ese ser querido y lo acompañamos a lo largo del camino ayudando como podemos hasta que lo asistimos y cumplir sus sueños. El viaje culmina finalmente al escoltarlos al Everdoor, pero es un recorrido que ni ellos ni nosotros vamos a olvidar.
