Review – Demon Pit
27/12/2019En estos últimos años es muy común encontrar juegos que buscan evocar el ritmo y las mecánicas de los FPS de tiempos más modestos desde los clásicos construidos con el Build Engine como Ion Fury, o los hermanos gemelos de Hexen y Heretic llamados Dusk y Amid Evil, cada uno imitando los movimientos de sus mayores a la vez que suben la vara un poco añadiendo mecánicas nuevas. En este caso tenemos a Demon Pit, un juego que pretende ser una cruza entre Doom y Quake pero…¿Lo logrará? Acompañame a descubrirlo.
La premisa en Demon Pit es muy simple y sin vueltas: Estamos condenados a luchar por siempre en una arena mortal donde habitan infinidades de demonios y simplemente tenemos que sobrevivir lo más que podemos sin un respiro entre medio ni una pizca de compasión. El juego se centra exclusivamente en un estadio y se nos vienen olas de enemigos que tendremos que vencer.
Para hacer esto necesitamos confiar en nuestro buen uso del armamento que tenemos a nuestra disposición que, a decir verdad, esta compuesto de un arsenal estándar de un FPS clásico pero que nunca defrauda: como nuestra típica pistola inicial, escopeta, lanzacohetes, lanzallamas, entre otros que podremos conseguir en cantidades limitadas a medida que vamos superando las olas pero sin duda aquí la vedette del asunto es la Demon Chain y la que nos ayuda a estar en constante movimiento.
La Demon Chain es un gancho que nos permite atravesar grandes distancias enganchando unos nodos que se encuentran en la misma arena y nos permite zafar de situaciones mortales en un abrir y cerrar de ojos y añade un pequeño aspecto de verticalidad al juego y hasta diría un poco de plataformeo ya que entre olas de enemigos el estadio cambiará y nos ofrecerá nuevos retos. Puede ser que en un momento se activen unos lasers que recorren todo el mapa y necesitemos si o si usar la cadena para esquivarlos o se levanten paredes a nuestro alrededor y podremos sobrepasarse con ellas. También resulta útil para tomar a los enemigos de improvisto encajandoles un buen tiro en el aire.
Demon Pit no es procedural (y es algo que agradezco en esta época donde prácticamente todo lo es) y cada ola está predeterminada, por lo cual cada vez que perdamos conoceremos exactamente qué enemigos vencidos y qué obstáculos nos encontramos en el camino. Ademas de esto, los ítems de curación serán escasos y se encontrarán en puntos estratégicos en el mapa y se regeneran en ciertos stages, así que nuestro pasaje por este mundo demoníaco se reduce en tener la mente clara, revisar bien nuestro entorno y pensar las cosas con un poco de estrategia antes de avanzar.
Los enemigos en si se van presentando de una forma paulatina y correcta como para que conozcamos su comportamiento básico y luego tendremos una mezcla entre todos los que ya estuvimos conociendo a lo largo del camino pero por esto no creas que será un juego facil para nada y estaremos puteando bastante seguido hasta conseguir avanzar.
Demon Pit es simple y no se da muchas vueltas como para demostrar lo contrario y si bien toma inspiración de los FPS de la vieja escuela, carece de algún punto que lo enaltece en comparación con los demás del género. Recomiendo jugarlo en sentadas cortas de no más de 15 o 20 minutos a por vez, aprovechando la portabilidad de la Switch al máximo para poder disfrutarlo verdaderamente.
