A medida que vayamos avanzando, podremos obtener equipo para nuestro personaje y diversas armas, pergaminos de magia, armadura y escudos que nos serán de gran utilidad ya que cada vez más sentiremos el acecho del enemigo acercándose por todos los rincones mientras nosotros lanzamos estocadas a diestra y siniesta.

A su vez, cada monstruo que matemos nos dará experiencia la cual nos dará acceso a habilidades como, por ejemplo, rayos de escarcha, lanzamiento de ácido, entre otros. El peso de las armas y el poder de cada hechizo se hace notar tanto visual como mecánicamente y depende completamente de nuestra habilidad muscular que vayamos obteniendo a medida del tiempo, fruto de las incontables muertes que seguramente tengamos en el juego.

 Gráficamente el juego tiene una estética lúgubre constantemente pero sorprende con el buen uso que hace de las luces logrando un efecto muy bien acabado cuando estamos en la presencia de lava ardiente, al momento de lanzar hechizos o cuando se nos acerque una calavera ardiendo a hacernos la vida imposible.

 Para muchos un roguelike (o para los puristas: un rogue-lite) abre infinitas posibilidades de gameplay para experimentar y desafiarse a uno mismo tomando la dificultad del juego como el mayor enemigo para vencer...pero aquí en este caso, nuestro rival será sin dudas los controles y la jugabilidad. Desde el primer momento nos daremos cuenta de lo lento que somos al movernos en comparación con los enemigos y la necesidad de ajustar la sensibilidad de nuestro stick se hará patente a los pocos minutos.