Final Fantasy VII Rebirth: Renace mejor, más grande y más hermoso
01/03/2024Final Fantasy VII Rebirth es la segunda parte en la emocionante remake de Final Fantasy VII y acá te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta secuela.
Mi historia con Final Fantasy se remonta a mis años de primaria, una época en la que intercambiarse juegos con compañeros era moneda corriente, y así es cómo durante el cumpleaños de un familiar terminé con una copia de Final Fantasy VIII. Lo primero que tengo que decir es que me impactaron sus gráficos, sus diseños, y que me absorbió por completo… Durante la primera hora. La verdad es que leer y yo no eramos muy compatibles en ese entonces. Pero, tras varias oportunidades se terminó convirtiendo en un vicio que incluso llevaba de vacaciones.
Desgraciadamente mi historia con Final Fantasy VII es un tanto convoluta al igual que mis comienzos con el VIII. Después de los elaborados diseños de la octava entrega, los bloques de Final Fantasy VII carecían de encanto (recuerden que era pequeño) por lo qué dejé pasar la séptima por algunos años más. El click vino con Final Fantasy VII Advent Children en el tardío 2007, y gracias a un resumen completo del juego para entender la película caí completamente ante su trama y sus personajes.
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Esto me llevó a Final Fantasy VII Crisis Core (cuyo remaster reseñamos en PlayStation 5), el primer juego que tuve en la adorada PSP, y uno que gasté hasta el cansancio. La historia de la transformación de Sephiroth me llegó hasta el alma y creo que es por eso que, cómo mencioné en mi nota sobre la demo de Rebirth, la caída de Sephiroth cómo héroe me golpea cómo la de Anakin Skywalker en Star Wars. Lo disfruté más tiempo en mi compañía que cómo villano, pero eso no sería mucho tiempo más ya que por supuesto tenía que caer Final Fantasy VII para completar el ciclo (Si no recuerdo mal, creo que jugué Dirge of Cerberus antes de Crisis Core, y aunque no me disgustó… simplemente no fue lo mismo).
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En el medio entre Final Fantasy VIII, mi primer contacto con el VII y lo que ahora nos compete, pasaron un sinfín de títulos y varias generaciones de consolas, y ni hablar en la historia de la franquicia. Pero a pesar de toda el agua corrida bajo el puente la remake de Final Fantasy VII, es algo que muchos fanáticos pidieron durante años, sobre todo tras la demo técnica para la PlayStation 3. Esto elevó las llamas de Ifrit hasta los cielos y despertó a la mismísima Shiva o… ¿No? No, la verdad es que quedó ahí y aunque los llantos de los fanáticos se hicieron escuchar fuerte, tras ver los resultados de Final Fantasy VII Remake en PlayStation 4 y 5 creo que fue mejor que así fuera.
Pero antes de continuar, ¿Qué es Final Fantasy VII? Si todavía no saben de lo que estoy hablando pero leyeron hasta acá, se trata de un juego de rol de corte clásico japonés (JRPG) en que encarnamos a Cloud Strife, un ex miembro del programa especial SOLDIER de la corporación Shinra Electric Power Company. Lo importante de momento y para no entrar en spoilers es que esta corporación utiliza la energía vital del planeta para convertirla en energía mako, lo que impulsa la vida moderna en el mundo de Final Fantasy VII, llamado Gaia. Trás bambalinas no todo es lo que parece, y el viaje de Cloud lo lleva a lo largo y ancho del mundo para detener a un héroe caído llamado Sephiroth y salvar el planeta.
Ahora sí podemos continuar, y es que en el año 2020 la esperada Remake de Final Fantasy VII llegó a nuestras manos y, pandemia de por medio, pudimos disfrutar de una nueva forma la ciudad de Midgar. Remake fue sólo la primera parte de una nueva e imponente trilogía, pero para este primer episodio contenía sólo las primeras horas del título original, y para colmo algo que funcionaba para poner parte de nuestro grupo en escena. Por lo que el viaje por el mundo para perseguir a Sephiroth sabíamos de antemano que se iba a hacer esperar un largo tiempo más. Pero no había que temer ya que la gente de Square Enix por supuesto que sabe lo que hace y a diferencia de Metal Gear Solid: Ground Zeroes y The Phantom Pain, Final Fantasy VII Remake fue un título hecho y derecho con muchísimo lore expandido y, aunque continuaría con otras dos entregas, fue autoconclusivo.
¡Ahora después de 4 años de larga espera la segunda parte en la remake de Final Fantasy VII está entre nosotros! Gracias a la gente de Square Enix Latam tuvimos la oportunidad de jugar la continuación del viaje de Cloud y compañía y no podemos estar más contentos de los resultados. Esta segunda parte en el inmenso proyecto por traer Final Fantasy VII en su mejor versión con gráficos increíbles, una jugabilidad renovada y aggiornada a los tiempos modernos, se ve y se juega increíble; y si me siguen por estas líneas les cuento todo lo que necesitan saber.
Final Fantasy VII Rebirth comienza casi en el mismo lugar donde termina la primera entrega mostrando las consecuencias de los eventos en Midgar tras nuestro escape y la pelea contra el Árbitro del Destino. Antes de cruzar al tramo final del juego Aerith nos dijo que estábamos ante la encrucijada del destino, y aunque nosotros vimos una versión distorsionada y espejada de Midgar, nunca vimos que pasó del otro lado del velo. Acá es donde Final Fantasy VII Rebirth comienza y empieza a llenarnos de dudas. Poco después comienza la parte realmente jugable que se trata de la misma que la demo lanzada a principio de mes con Cloud contándole a Barret, Tifa y Red XIII sobre la caída de Sephiroth en Nibelheim.
Toda esta parte la podemos saltar si es que jugamos la demo de Final Fantasy VII Rebirth, lo que nos hace evitar una gran porción del episodio “Fall of a Hero”. Aunque no se trata de la totalidad del episodio, ya que empalma la cinemática del comienzo del capítulo y mantiene cierta cohesión con el final de la demo. Además de ahorrarnos una buena cantidad de tiempo (ya que el capitulo completo son alrededor de dos horas), el juego nos recompensa con un bonus, y con las invocaciones Leviathan y Rahmu si contamos con los saves de Final Fantasy VII Remake e Intermission completados.
El orden de la narrativa es uno de los puntos en los que el juego se separa y diferencia de la obra original, aunque en líneas generales lo hace de forma menos pronunciada que la primera entrega. Al igual que la Remake de Resident Evil 2, Final Fantasy VII Remake optó por cambiar el orden de ciertos sucesos y la forma en la que se desarrollaron para dar lugar a una narrativa más fuerte y más ordenada. En esta segunda parte el desarrollo sigue una línea similar pero a diferencia del episodio que tomó lugar en Midgar se atiene más a la estructura del juego original. Esto no quiere decir que Final Fantasy VII Rebirth no tiene lugar para sorpresas porque nos vamos a encontrar con MUCHAS y con muchos misterios por resolver, pero la estructura del juego en su aspecto más lineal respeta el viaje del grupo a lo largo y ancho de Gaia, sólo que esta vez nos vamos a encontrar en un mundo semi abierto.
Con esto no me refiero a nada parecido a Final Fantasy XVI, el cúal optó por llevarlos a lo largo de su mundo a través de menúes y misiones con secciones bastante abiertas de mapa. No, Final Fantasy VII Rebirth consta de 6 regiones subdivididas en enormes mapas completamente abiertos que el jugador puede explorar libremente. Estos están repletos de una gran cantidad de lugares para visitar y secretos por buscar, además que se sienten vivos con sus propias fauna y flora locales. Se puede decir, si se quiere, que es un intermedio entre Final Fantasy XV y Final Fantasy XVI. Esto presenta una serie de beneficios y “problemas”; y es que la cantidad de cosas para hacer en Final Fantasy VII Rebirth es ridículamente alta (en el mejor de los sentidos).
A cada paso que damos se nos abren mil posibilidades que nos distraen de nuestro objetivo principal, que si no lo mencioné hasta ahora es cazar y derrotar a sephiroth para salvar el planeta. El inconveniente con tanto contenido es que es inevitable querer ir a descubrir cada rincón del mapa sobre todo cuando nos lleva a encontrar nuevas Materias o materiales para la fabricación de ítems, además claro de los manantiales de Mako y los cristales de las invocaciones. Además que podemos activar unas viejas torres para obtener incluso más información sobre algunas actividades y sitios de interes.
En algunos puntos el juego recuerda a Ghost of Tsushima ya que no inunda en todo momento nuestro HUD o el mapa con cosas para hacer, sino que algunas están escondidas y el jugador las tiene que descubrir. En una movida muy parecida al juego de Sucker Punch Productions nos vamos a encontrar algunas aves que nos pueden guiar a los manantiales, o por ejemplo las pequeñas crías de Chocobo que nos pueden guían hasta viejas paradas de autobús que podemos activar cómo puntos de viaje rápido. No importa para donde miremos hay mil cosas para hacer en Gaia, pero esto no se limita a llenar el mundo abierto sino que también nos vamos a encontrar con actividades y minijuegos dentro de las porciones más lineales de la aventura. Algo que tenía el juego original es que algunas locaciones las visitamos brevemente solo para hablar con algún personaje importante y seguir.
Esto fue reestructurado por completo en Rebirth, por lo que vamos a encontrarnos con una gran cantidad de minijuegos y sidequests para resolver mientras estamos ahí, cómo el adictivo juego de cartas «Queens Blood». Costa del Sol por ejemplo sigue vigente, y más que nunca, pero antes de avanzar en la trama nos obliga a disfrutar de una serie de actividades turísticas que nos hacen profundizar la relación entre los personajes. Este es uno de los cambios sustanciales que sufrió Rebirth respecto a la entrega original, y es que cómo nos relacionamos con cada miembro del grupo importa más que nunca. Esto es algo que se ha visto en juegos cómo Xenoblade Chronicles (De donde vemos también la recolección constante de materiales), y que se integra a la perfección en los puntos que pueden unir o separar a nuestro grupo de héroes.
Recuerdo que cuando jugué Final Fantasy VII por primera vez, y conociendo el GRAN SPOILER del juego, me impactó muchísimo. Eso y todo lo que ocurre con Cloud en el juego original. Es un juego emocionalmente fuerte que tiene a las relaciones en un lugar principal, y por primera vez lo podemos ver plasmado y reflejado directamente en el aspecto jugable del título. Ya sea desde las opciones de diálogo que pueden profundizar o enfriar nuestra relación según lo que elijamos, o el uso en combate de las dinámicas de pareja, las relaciones son más importantes que nunca.
Ya que mencionamos esto es hora de hablar un poco del aspecto jugable de Final Fantasy VII Rebirth, y las Habilidades de Sinergia de los personajes. Este es sin dudas uno de los puntos más novedosos del juego y que le permiten al jugador explorar diferentes combinaciones para que todos los personajes sean protagonistas a la vez, además que acercan más y más el combate del juego al combate cinematográfico que nos voló la cabeza en Final Fantasy Advent Children. Las Sinergias son habilidades especiales que permiten a dos personajes combinar sus habilidades en batalla para dar lugar a potentes combos y dejarle algún beneficio a la party una vez finalizados.
Por ejemplo, podemos tener un breve período de gracia en el que podemos lanzar hechizos sin gastar MP, o extender el tiempo que los enemigos duran atontados una vez que llenamos la barra de presión. Todas estas posibilidades y mejoras se consiguen gracias al nuevo sistema de folios que funciona cómo la vieja forma de subir de nivel. Mientras que en rebirth usábamos los puntos en cada arma que equiparemos acá se trata de un sistema global. Esto no quiere decir que dejemos las armas de lado ya que también vamos a poder elegir materia especial para las armas a medida que subimos su nivel.
En el resto de lo que implica la jugabilidad se puede decir que funciona más o menos de la misma manera, y donde realmente innova es en la complejidad que le podemos dar a las habilidades combinadas de los personajes. Esto hace que el sistema de combate de Final Fantasy VII Rebirth se sienta cómo el más pulido y cómodo de todos los sistemas de combate hasta ahora, y particularmente uno que me sigue gustando incluso más que el estrenado en Final Fantasy XVI. Un híbrido perfecto entre el “combate por turnos” y la acción en tiempo real que da lugar a combates muy dinámicos, por momentos desafiantes y divertidos.
Cómo para ir redondeando quisiera hablar un poco sobre el aspecto técnico y gráfico de Final Fantasy VII Rebirth, entre otras cosas. En líneas generales mantiene la misma estética (obviamente) que el título de PlayStation 4 pero va más allá en sus detalles. Tiene una distancia de dibujado enorme en la que se extienden las regiones que conforman Gaia y que no dejan de quitarnos el aliento con cada nuevo lugar que visitamos. Los juegos de luces y sombras ayudan a dejar una fuerte marca en un mundo que cómo dije antes se siente vivo con su propia flora y fauna en cada región. Aunque hay algunos puntos en los que caminamos sin encontrar nada vivo, a veces incluso enemigos, nos vamos a encontrar con los restos de la guerra, o con pequeñas edificaciones abandonadas que cuentan su propia historia. Todo eso mientras nos acompaña la música increíble de Nobuo Uematsu que se cuela en los huesos (Mención extra para el minijuego del piano que no mencioné pero en el que pasé HORAS).
Hasta ahora fueron todo rosas pero es verdad que Final Fantasy VII Rebirth tiene algunas pequeñas manchitas relacionadas a su rendimiento donde encontré algunos tiempos de carga algo largos y bajones repentinos de frames (en su modo fidelidad). En cuanto al modo rendimiento no se si justifica los frames extra a expensas de las bajas en su resolución, y es que la verdad en el modo gráficos funciona a la perfección y muy fluído, y la verdad es que los entornos que visitamos son para ver en su máximo esplendor. Dicho todo esto quiero aclarar que aunque en Gamer con Mate no ponemos notas, Final Fantasy VII Rebirth es un Diez (10) redondo a pesar de algunos detallitos que puedan empañar, pero que en ningún momento rompen con la experiencia de juego.
Final Fantasy VII Rebirth se puso a la venta el día 29 de febrero de 2024 y se puede conseguir en exclusiva, de momento, para PlayStation 5 en sus formatos físico y digital.
Conclusión personal
Final Fantasy VII Rebirth sin dudas se hizo esperar durante 4 largos años y entregó muchísimo más de lo que era esperado con la más alta de las notas. Se trata de un juego completo, repleto de actividades a un nivel que casi roza el ridículo y que te invita explorarlo a fondo sin querer perderte ningún detalle. Aunque muchas de sus sidequest terminan por tener un componente de fetchquest, no cae tampoco al nivel de Final Fantasy XVI que agresivamente cortaba el ritmo de la historia en sus puntos más algidos, y aunque si nos desvían del camino millones de veces no se sienten pesadas de hacer. Claramente el trabajo de Yoshinori Kitase, Tetsuya Nomura y Naoki Hamaguchi se luce totalmente en un juego que cómo dije, entregó muchísimo más de lo que era esperado. Sin lugar a duda los fanáticos lo van a disfrutar y, aunque su mundo puede abrumar en un principio, creo que es amistoso con quienes quieran volcarse por primera vez al mundo de Final Fantasy VII (Recomiendo previamente jugar Remake).