Gunbrella: venganza, horrores y mucha impermeabilidad.
13/09/2023De los creadores de Gato Roboto nos llega esta oscura historia de tintes Noir, plataformas y acción que trae lo mejor de Lovecraft y las plataformas de antaño.
Atención: La siguiente reseña representa una novela noir destinada a entretener e informar sobre Gunbrella, el lector no se tiene que tomar los tonos los sombrios tan literales.
Ya era muy tarde tarde, o muy temprano. No lo sé, últimamente me siento delante de mi computadora, y cierro la ventana. El único tipo de luz que ilumina mi vida es el resplandor cegador de mi monitor. Mi madre siempre decía que algún día me quedaría ciego por hacer esto. Lástima mamá, eso jamás pasó y tengo que seguir viendo la porquería que aparece en las redes sociales.
De repente la puerta de la habitación se agita y Fran entra con sus propias llaves. Se sacude su gabardina para quitar el exceso de rocío nocturno y frota sus manos contra su pelada, fingiendo que se acomoda un inexistente cabello mojado. No saluda, solo hace un gesto con el mentón. Enciende la luz y se dirige al escritorio donde me encuentro, dejando tras de si un caminito de huellas mojadas. Acomoda ruidosamente la silla que tengo del otro lado del escritorio y se deja caer arriba.
Fran es mi editor en Gamer con Mate. Un tipo bajito y robusto, pero de pocas pulgas. Está tan podrido de la vida que creo que prefiere sonreír todo el tiempo para evitar responder preguntas estúpidas. Es un jefe exigente y a veces hace encargos que no se los deseo ni a mi peor enemigo, pero es un buen sujeto. No se como la vida nos puso en el mismo camino, pero una vez lo vi enojado y prefiero ser el que limpia su baño y no el que conozca sus nudillos.
“Tenemos otro”, dice, mientras se sirve un whisky berreta de mi escritorio en un vaso de metal abollado que se cayó más veces que mi internet esta semana. “¿Un indie de nuevo?” le pregunto. Siempre es un indie, cuando tomé este trabajo lo hice por amor al hobby, por los tiempos en que jugaba de todo y vivía infinidad de experiencias que enriquecen mi vida de joven de maneras que un escritor del siglo 19 no podría ni siquiera imaginar.
Recuerdo el éxtasis de conseguir un nuevo juego y querer llegar a mi casa a probar meterme en una nueva aventura, da igual la edad que tuviera, era la misma sensación. Pero ya no es así, las nuevas tecnologías hacían que mi plataforma de cabecera, la PC, apenas pudiese correr algún que otro juego estrella de hace 20 años atrás. Cualquier cosa más moderna que eso escapaba de mi alcance, pero estaba acostumbrado, era así como me tocó vivir el gaming y tenía que aceptarlo.
“Me agradan los indies…” comenté, mientras le daba tiempo a Fran para tragar ese sorbo de “elisir escocés”. El tipo tiene una agenda ocupada y confía en mi trabajo. No estaba acá para darme una tarea, se estaba tomando cinco minutos de escape de la realidad antes de volver a sumergirse en otro triple A inflado como globo de feria. “Son divertidos y coloridos». «Bien relajantes para desestresarse después de un duro día de ver porquerias en redes sociales”.
Fran golpeó el escritorio cuando bajó el vaso de metal. “Este no, amigo… este es…”. Veía preocupación en sus ojos, los cuales miraban al piso. Había algo que no podía decirme a la cara. “Somos amigos, así que te lo voy a decir sin vueltas. Si no estás preparado para algo fuerte, puedo entender si no queres agarrar este en esta ocasión”. Tiró una carpeta en el escritorio. Las hojas del interior eran nuevas, recién impresas, pero la carpeta estaba magullada y sucia. La papelería en este negocio no es algo que la gente tenga en cuenta, pero a veces se usaba para dar señales, y yo entendía a qué me enfrentaba.
“Bueno…” Fran se sirvió otro vaso y apuró el trago, su micro descanso había terminado. “Yo te la dejo ahí.” Se levantó rápido de la silla y se dirigió hacia la puerta. “No sé los detalles pero… vas a ver cosas, cosas fuertes, si agarras éste». Se acomodó la gabardina para taparse el cuello. No hacía frío afuera, este fue un invierno atípico. Me atrevo a pensar que no quería que lo identifiquen cuando se vaya, es entendible, lo mandaron a hacer el trabajo sucio. Delegar una tarea que tal vez no se logre terminar. “Si necesitas algo sabes muy bien que siempre podés contar conmigo. Pero esta vez… no lo hagas”. Cerró la puerta y supe que el desgraciado no me iba a dar más explicaciones. No importaba, no era la primera vez. Buen sujeto, pero siempre pensé que estaba calvo por justicia divina.
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Gunbrella, decía el fichero. Desarrollado por Doinksoft, los mismos que hicieron Gato Roboto, lindo metroidvania, me gustó. Y distribuido por Devolver Digital, estos muchachos están locos, no les prestaría las llaves de mi auto aunque tuviese uno, pero carajo que tienen buen ojo con los juegos. Tocaba arrancar un juego de plataformas y acción ambientado en un mundo noire-lovecraftiano donde tenemos armas poderosas que mezclan escopetas con paraguas. Raro. Me acomodé en mi silla y lo empecé. Me tenía que apurar, esta iba a ser una noche larga y el infeliz de mi jefe se había bajado la mitad de mi whiskey.
Gunbrella arranca fuerte y crudo. Volvemos a nuestra casita en el campo y vemos como manchas de sangre en las paredes y la puerta de nuestro hogar son ahora el nuevo papel tapiz. Dentro encontramos el cadáver frío e inmovil de nuestra esposa en medio de la sala. No solo eso, nuestra pequeña hija bebé desapareció de su cuna y tu única pista de todo esto es un particular arma olvidada en la escena del crimen.
Nuestro personaje se toma un tiempo para llorar este caprichoso giro del destino hasta tu última lágrima. No sabemos de ningún enemigo personal, y sencillamente vivimos apartados de las grandes ciudades. No podemos encontrar lógica en el porqué pasó esto ni quién es el culpable, pero armado con la misma Gunbrella que arruinó tu vida, y mascando resentimiento como si fuera el tabaco más amargo, emprendemos un viaje de venganza sin pensarlo demasiado.
No te vas a sentir perdido con Gunbrella porque su jugabilidad es clásica desde el minuto cero. Plataformas intrincadas que van a requerir tu habilidad para pasarlas, ocasionales enemigos que mueren tras unos disparos y sueltan moneditas, escenarios con temáticas bien marcadas como una fábrica, una mansión o unas alcantarillas, etc. Te vas a sentir en terreno conocido apenas empieces la aventura.
Quizá la particularidad principal de éste juego sea el arma que le da nombre al título, la Gunbrella. Una especie de escopeta incrustada en un paraguas que tiene varias particularidades; las suficientes para darle un toque único a este plataformero de acción y hacer que se sienta distinto.
Como primer mecánica del Gunbrella tenemos un botón dedicado a abrir el paraguas, lo cual nos permite un abanico de acciones que van a requerir tu habilidad para dominarlo. Con nuestro paraguas abierto recibimos un empujón de viento hacia la dirección que estemos mirando, ésto nos sirve para saltar más alto si apuntamos hacia arriba; o tomar velocidad para avanzar si estamos caminando. Una mecánica que usaremos muchas veces para desplazarnos entre pantallas, así como colgarnos de ganchos para columpiarnos y alcanzar zonas de difícil acceso. El abrir la sombrilla es sin duda la acción más importante en el plataformeo de Gunbrella.
Otra acción que usaremos mucho al abrir el paraguas, es asistirnos en el combate. Si apretamos el botón momentos antes de recibir daño del enemigo, podremos ejecutar un parry que devolverá proyectiles o incapacitará enemigos. También si usamos la mecánica de impulsarse al abrir el Gunbrella mientras avanzamos podemos tacklear adversarios para stunearlos unos segundos. Combinar éste tackle rápido, el parry y la función básica de disparar puede llegar a ser difícil en un comienzo, pero dominarlo nos va a convertir en una máquina de matar que va a hacernos pasar niveles a velocidades de vértigo.
La Gunbrella tiene dos sencillos tiros como si fuese una escopeta y aunque tenemos munición ilimitada, hay una cadencia entre disparos que respetar. Si bien nuestra Gunbrella es la única arma que necesitamos para cumplir nuestra venganza, existen varios tipos de municiones que le otorgan variedad a los combates. Bombas, disparos consecutivos, lanzallamas… la variedad de tipos de disparos es amplia. Y no solo eso; algunos enemigos sueltan engranajes al morir, y sí juntamos los suficientes le podemos comprar mejoras a nuestra Gunbrella para darle más poder de daño o recargas más veloces.
Tenemos acceso a un modesto inventario que se reparte entre objetos clave de la historia (esos que no se usan, pero que son importantes para la trama), objetos únicamente para vender, y objetos curativos. Éstos últimos no nos reponen energía, sino que nos dan energía extra para extender nuestra vida y no morir rapidamente. Nuestra energía se representa con corazones, y no hay un modo de curarse a menos que paremos en un punto de guardado. Lo cual nos hace administrar los ítems para que aguantemos desde un save point hasta el próximo.
Estos ítems de curación los podemos usar durante el combate con botones de acceso rápido, que aunque están al alcance y son fáciles de usar, personalmente creo que su ejecución es complicada. Me ha resultado más fácil derrotar a un jefe final con un solo corazón y evitando que me toque ni una sola vez; que tomarme el tiempo de seleccionar el item que necesito y usarlo durante un combate. La idea del inventario rápido es buena, pero su ejecución y la acción rápida y frenética de Gumbrella no hacen buena química .
Gunbrella opta por plasmar toda su historia en una aventura 2D de scroll lateral y gráficos pixelart bien detallados. Aunque la elección gráfica sea así, los chicos de Doinksoft no se privaron en empapar todo el juego con un fuerte toque de historia del cine Noir. Los escenarios están llenos de detalle y aunque están plagados de colores, éstos son de paletas muy apagadas que respetan el tono de cine negro que quieren transmitir.
Constantemente tenemos un efecto de granulado en la pantalla que evoca a esas películas oscuras de detectives. Además, hay algo que no puedo dejar pasar y es el recurso de “pintar todo con sangre”. Y es que cada vez que herimos a un enemigo, recibimos daño o matamos a un pobre pájaro o ratón que adornaba el escenario; vamos a “ensuciar” la pantalla con tramados de sangre y vísceras que se van a quedar ahí durante mucho tiempo. Reflejando la crudeza del ambiente que Gunbrella nos quiere dar.
Otro detalle que le da «color» y queda bien de la mano con éste aspecto de cine oscuro, son las influencias lovecraftianas que Gunbrella usa como recurso constantemente. No quiero dar detalles porque sería ahondar mucho en la historia, pero les puedo decir que esta historia de venganza va a “poner a prueba su cordura” en más de una ocasión. Aún así, todo se siente bien ubicado de forma correcta y coherente, sin desviarse demasiado de la trama principal.
Gunbrella es un producto muy correcto si lo vemos como lo que es, un juego de plataformas en 2D con acción y disparos. Sus partes plataformeras están bien hechas, y su apartado de acción y disparos es divertido y desafiante. Por lo que no puedo encontrarle ningún punto flojo en éste lado. Sino más bien sus falencias aparecieron en detalles muy particulares, pero que me afectaron mucho la experiencia.
Como mencioné antes, el sistema de uso rápido de los objetos se me hizo incómodo. Tenemos dos botones con los que vamos a seleccionar el item que queremos usar, pero si tu inventario está lleno de estos objetos, el hecho de tener que seleccionarlo y posteriormente consumirlo (acción que no es instantánea y requiere mantener apretado un tiempo) convierte al sistema en algo que no es para nada conveniente en medio de una pelea. Vamos a terminar relegando las curaciones para cuando estemos afuera del combate. Pero los puntos de guardado que nos recuperan toda la vida son muy frecuentes; por lo que usar los objetos termina siendo un recurso muy poco conveniente.
Algo muy similar sucede con las municiones alternas para nuestro Gunbrella. Si bien no es difícil elegir otro tipo de disparo y gatillar, la realidad es que la mayoría de los disparos alternos del arma tienen una mecánica distinta. Como por ejemplo, minas que se pegan al enemigo y no explotan hasta que usamos el botón de abrir el paraguas, y si bien no son difíciles de entender, no noté que ninguno sea particularmente efectivo contra algún tipo de enemigo. Por lo que, personalmente, jugué la gran mayoría del juego con el disparo inicial. Que teniendo en cuenta que a lo largo de la aventura podemos mejorarlo, más razón nos da para no cambiarlo.
Aunque estas fueron las únicas contras que le encontré al título; estoy en la obligación de mencionar lo que me pasó ya llegando al final de éste. Teniendo en mente que me encontraba en el tramo final del juego, opte por explorar de nuevo escenarios que ya había pasado buscando “cierto coleccionable”. El problema se dió cuando volví a infiltrarme en un tren que llevaba a una fábrica. Soy específico en ésto porque, a dicha fábrica pude entrar, pero no salir.
Los escenarios y niveles se dan de forma lineal, lo cual no encuentro que sea una contra. Pero en esta fábrica no existe forma de salir, puesto que culmina con un jefe final, el cual ya no existe para la segunda visita. Así que luego de explorar por horas, me vi en la obligación de iniciar una partida desde cero. Un detalle que imagino se arreglará muy pronto, pero aunque el juego es muy divertido como para volverlo a jugar, fue cuando menos muy desmotivador ser castigado por intentar explorar todos sus secretos.
Pueden conseguir Gunbrella en Nintendo Switch y PC mediante Steam, a partir de hoy mísmo 13 de Septiembre.
CONCLUSION
Arrojo mi Joystick sobre el escritorio con suavidad, pero de forma definitiva; como quien pone un sello de cera a una importante carta elegante. Se acabó… ¿se acabó?. Gunbrella no fue una aventura, fue un pendiente con la justicia que solo se podía firmar con sangre y plomo. Tuve que enfrentar horrores indescriptibles a la vez que conocí la parte más podrida de la sociedad, pero aunque sea una historia oscura que evoca a esas grandes obras del cine Noir, la realidad es que me divertí. Para otra discusión queda si esa sonrisa de diversión en mi rostro es por algún reflejo psicópata o no.
Sin duda la gente de Doinksoft lo hizo de nuevo. Al igual que pasó con Gato Roboto, estos granujas volvieron a relatar una historia condensada y bien hecha, que no intenta contar más allá de lo que quiere, pero lo que hace lo hace muy bien. Como si fueran ese barman del Pub de la esquina al que siempre voy. No lo molestes, no le des instrucciones… dejalo hacer su arte y disfrutá.
Me sirvo las últimas gotas de destilado en mi pegajoso vaso metálico, y veo que el sol afuera resplandece a través de las cortinas. No… Gunbrella no es un juego corto, diría que tiene la longitud justa. Tal vez tuve algún que otro mal trago con interfaces raras, pero su pixelart delicado y su acción divertida me tuvieron enganchado como un romance de secundaria. Gunbrella presenta cosas nuevas con ese arma-paragua que tiene, y creo que es la razón más atractiva en el gameplay como para recomendarlo.
«¿Recomendarlo? ¿Que si lo recomendaría?», bebo el último traguito en mi vaso. Pienso. Una historia de venganza, plataformas exigentes, sangre, balas, cultos y horrores… Sonrío. «Claro que lo recomiendo».
Datos extra
- Desarrollador: Doinksoft
- Publisher: Devolver Digital
- Plataformas: PC/ Nintendo Switch
- Fecha de publicación: 25 de agosto de 2023
- Análisis hecho en: PC (Steam)
- Análisis publicado: 13 de septiembre de 2023