Review: Nine Witches – Family Disruption
12/12/2020 Desactivado Por Francisco Sgherza
“Como si Indiana Jones y Thimbleweed Park tuvieran un bebé”
La segunda guerra mundial, el ocultismo, y el deseo de Hitler por dominar el mundo a través de poderes ajenos al plano terrenal son motivo de un sin fin de películas, libros, e incluso juegos. Uno de los ejemplos más emblemáticos en el mundo del cine es Indiana Jones: Los Cazadores del Arca Perdida, y en el plano de los videojuegos como olvidarnos de Indiana Jones: Fate of Atlantis (el bueno). Nine Witches: Family Disruption, el nuevo juego del Argentino Diego Canepa, que fue publicado por Blowfish Studios toma su lugar en la ficción histórica de la Segunda Guerra Mundial que inspiró e inspirará incontables trabajos.
El juego del estudio Argentino Indiesruption es una mezcla de aventura gráfica con segmentos de juego de acción que se desarrolla en el pueblito alejado de Sundaë en Noruega. El juego comienza en la mansión del Profesor Alexei Krakovitz quien está completamente paralizado del cuello para abajo pero puede entrar en comunión con los muertos. A altas horas de la noche y en medio de una sesión, el profesor, y su asistente personal Akiro Kagasawa (sí esperen muchos chistes de tipo escatológico en el juego) reciben la visita del primer ministro.
El pueblo de Sundaë fue víctima de la ocupación por parte del Okkulte-55, la división paranormal del Tercer Reich. El objetivo de este movimiento de tropas no fue tanto por abarcar una posición estratégica contra los aliados sino para liberar una maldición ancestral oculta en las entrañas del pueblo. El objetivo en el juego entonces es averiguar la extensión de los planes del Okkulte-55, además por supuesto de desbaratar sus planes.
La aventura escrita por Diego Canepa se presenta como una aventura gráfica en pixel art, aunque goza de algunos componentes de acción. La historia es el principal motor del juego junto a la recolección de objetos nos va a llevar a juntar por una gran fetch quest donde debemos robar cuanta cosa encontremos desparramada por el, no tan pacífico, Sundaë. Hasta ahora la cosa viene bastante normal, al menos para la temática del juego Ha-Ha!, pero la cosa tiene una vuelta de rosca cuando entran en juego las mecánicas de ambos personajes.
Como mencioné antes el Profesor Krakovitz es cuadripléjico, y si intentamos interactuar con cualquier cosa el profesor nos lo va a recordar por lo que la interacción con el mundo de los vivos va a quedar relegada a Kagasawa. Pero mientras que el asistente oriundo del Japón que acompaña al profesor nos permite interactuar con el entorno, además de combatir pero de eso vamos a hablar más adelante, Krakovitz nos será útil en el plano astral.
Cuando estamos en control del Profesor podemos entrar en transe y movernos, casi, libremente por las inmediaciones para charlar con las almas en pena que no llegaron a cruzar al otro lado. Además de comunicarnos con los muertos vamos a poder atravesar puertas cerradas para ver que hay en su interior y, bastante avanzados en el juego, controlar a algunos humanos distraídos. Creo que la única queja que tengo respecto a Nine Witches viene por el lado de la interacción entre Kagasawa y Krakovitz ya que son pocas las situaciones en las que tenemos que combinar las habilidades de ambos entre el más allá y el ¿más acá? Ha-Ha!.
Nine Witches se divide en tres etapas diferentes que se conectan con una fluidez asombrosa, ¿Pero a qué me refiero? Cada escenario dentro del pueblo Noruego de Sundaë está interconectado por un mapa más grande que comprende toda la región, donde nos podemos mover a nuestras anchas. Por otro lado están los momentos en los que el juego nos obliga a entablar combate que es donde creo que más se luce la transición. Cómo el Profesor solo puede desplazarse con su silla de ruedas no puede hacer absolutamente nada en combate, así que es responsabilidad de Kagasawa protegerlo hasta la última bala.
Durante estas etapas, donde tenemos que eliminar hasta el último enemigo, el juego se convierte en una arena 2D donde nos enfrentamos a hordas de enemigos, aunque no se limita solo a disparar. En estas etapas vamos a tener que movernos constantemente para evitar resultar heridos y así proteger al profesor, además el arma de la familia de Kagasawa se traba aleatoriamente por lo que cada combate es una ruleta rusa. Pero no todo está perdido, después de todo esto es la Segunda Guerra Mundial y vamos a encontrar desde pistolas a ametralladoras desparramadas en el piso. Aunque esto suene muy bien, hay que contar bien las balas ya que las municiones son limitadas antes de volver a nuestra vieja pistola familiar.
Family Disruption, así no repetimos tanto Nine Witches al principio del párrafo, tiene un humor muy ácido, de momentos básico y escatológico que funciona muy bien, y de momentos muy inteligente. Además está muy bien balanceado con una historia oscura, ultra violenta, en la que nada es lo que parece e incluso en un juego sobre Nazis quedan lugares para personajes con algunos grises. La historia logra cautivar desde el comienzo y hace un excelente trabajo en dejarnos atrapados hasta el final del relato de 7 a 8 horas de duración, dependiendo de cuántas veces nos quedemos trabados. Algunas situaciones requieren que rastrillemos hasta el último rincón de Sundaë para encontrar ese único objeto que aparece en determinadas circunstancias, obligándonos a desandar nuestros pasos a cada momento.
Si tenemos que mencionar algún aspecto negativo es una lastima que no se explotara más la interacción entre el profesor y Kagasawa para la resolución de puzles, pero afortunadamente es lo único que puedo señalar. En el aspecto técnico, en la versión de PC se han reportado crasheos, en lo personal la versión que reseñé es la de Nintendo Switch (mediante copia de prensa) pero también compré el juego en Steam. Mi experiencia fue que en la plataforma de Valve crasheó al lanzarlo por un problema particular con un video de introducción que ya fue solucionado, y en este momento el juego me corre sin problemas.
Como para ir cerrando la reseña me gustaría destacar el increíble trabajo que tiene el pixel art de Nine Witches para su apartado gráfico. No solo le queda increíble y el contraste entre la oscuridad de la noche de Sundaë con los colores de los muchos detalles que decoran el juego, sino también los efectos. El juego está cuidado hasta el último detalle donde hasta las sillas en una habitación tienen una sombra. Incluso si nos paramos frente a una ventana por la que entran luces de diferentes colores, vamos a ver una como baña cada color a nuestros personajes.
Nine Witches: Family Disruption se puso a la venta el día 4 de diciembre para PC, Nintendo Switch, Xbox One, y PlayStation 4. En Steam el juego se consigue por AR$ 224, mientras que en consolas por U$S 20.
Resumen
POSITIVO
- El trabajo del Pixel Art.
- Historia.
- Las secciones de combate rompen la monotonía de algunas escenas.
NEGATIVO
- Podrían haber más puzzles que mezclen ambos personajes.
Conclusión personal
Personalmente esperé Nine Witches: Family Disruption desde que me topé con esta aventura en la tan lejana EVA 2019, y donde tuve el placer de charlar con su creador. El apartado pixel art y la mezcla y contraste de colores me captaron rápidamente el ojo mientras que el setting y la temática sellaron el pacto. Ahora, poco más de un año después que probé el juego por primera vez puedo afirmar que valió la pena la espera al encontrarme con un juego entretenido, una historia interesante, y un arte hermoso. Para concluir es un juego para todos los fanáticos de las aventuras gráficas y de misterio, pero con pequeños toques orientados a la acción que lo vuelven un título recomendado para todo el mundo.
- Desarrollador: Indiesruption
- Publisher: Blowfish Studios
- Plataformas: PC/ Nintendo Switch/ PlayStation 4/ Xbox One
- Fecha de publicación: 4 de Diciembre
- Análisis hecho en: Nintendo Switch
Sobre el autor
Licenciado en Biotecnología, conductor en Ultimo Nivel Podcast, redactor en Gamer Con Mate y miembro del staff de la radio, a veces hago videos en YouTube y streameo mucho en Twitch. ¿Videojuegos, amigos, pizzas? I'm in