Review – Metal Gear
08/10/2020¿Kept You Waiting, Huh? Qué mejor forma de arrancar una reseña sobre varios juegos de la franquicia Metal Gear que con una de las líneas más icónicas que tiene. Y aunque este titulo no arranca con esta frase precisamente, si que nos hizo esperar un buen tiempo. Para poner en contexto a las generaciones más jóvenes Metal Gear es una franquicia de juegos de acción y sigilo ideada por, para muchos el genio, Hideo Kojima. En 1987 el cineasta frustrado oriundo de Tokio revolucionó el mundo de los videojuegos creando un juego de sigilo con una historia profunda que se extendió varias veces a lo largo de estos más de 30 años.
Es por eso que ahora y tras esta breve introducción los invito a seguirme en un viaje a las entrañas de Sudáfrica donde se desarrolla la primera aventura de Snake que llegó a Good Old Games. Vamos a repasar lo bueno y lo malo, por lo que ajusten esa bandana y preparen sus raciones. El primero de los títulos lanzados por Konami en la plataforma de los polacos responsables de The Witcher es Metal Gear. La obra original de Hideo Kojima vio la luz en 1987 y supuso la creación de un género, según cuenta la historia, a Kojima se le ocurrió el concepto para este juego gracias a los juegos de “Escondida” de su niñez. Esto vino como la respuesta a una limitación técnica de la época ya que se podían mostrar pocos enemigos en pantalla al mismo tiempo, y a eso sumarle que nos dispararan.
Una de las cosas que cabe destacar al hablar de la versión que llegó a GOG de Metal Gear es que se trata de la que corresponde a MSX. El juego original tuvo dos versiones, una de MSX y un porteo para Nintendo Entertainment System. Esta última era una versión inferior, destripada de muchos elementos del juego, sobre todo de su jefe final. Por lo que con en la versión que llegó a PC recibimos la mejor versión de sí misma.
En la primera aventura de Solid Snake, encarnamos al novato soldado de Fox-Hound, un equipo de operaciones especiales, en su primera misión. La misma es infiltrarse en un fuerte enemigo ficticio en Sudáfrica llamado Outer Heaven. Dentro de estas instalaciones nuestro superior, Big Boss, nos da la tarea de rescatar a Frank Jaeger, un soldado aliado infiltrado en Outer Heaven. El juego nos desafía a ser pacientes y esperar el momento justo, y aunque no era novedad, aprender el patrón de los enemigos.
Si vamos de cabeza contra los oponentes es probable que terminemos muertos, nos capte alguna cámara, o caigamos en alguna trampa. Es por eso que es fundamental no apresurarse y analizar muy bien la situación sobre todo si no tenemos en claro a donde nos tenemos que dirigir. Metal Gear es un juego que depende en gran medida del backtracking, y en algún sentido es un juego un tanto metroidvanesco. Avanzar nos va a permitir conseguir nuevos objetos o armas que nos van a permitir avanzar en la historia, aunque esa puerta se encuentre al principio de un nivel.
Algunas secciones del juego van a requerir un control preciso y milimétrico de nuestro personaje, mientras otras van a ser un tanto difíciles de predecir. Todo esto teniendo en cuenta que si morimos tenemos que empezar de nuevo desde el último lugar que funcionó como punto de control. Pero sobre todas las cosas teniendo en cuenta que es un juego viejo y los ítems que hayamos gastado antes de perecer, van a tener que ser recogidos nuevamente. En este aspecto una ventaja de Metal Gear es que una vez que encontramos un objeto solo tenemos que entrar y salir de la habitación en la que está hasta que se alcance el máximo. Si bien una vez que le agarramos la mano al ritmo de juego vamos a movernos entre los patrones de los enemigos como si fuéramos un fantasma, el mínimo error puede costarnos mucho tiempo.
El juego cuenta con una perspectiva tipo top down, es decir vista desde arriba, aunque en algunos momentos se ve como un plataformero lateral. Las diferentes regiones de Outer Heaven vienen codificadas por colores, de forma que “notemos” que estamos en una zona nueva”. Esto resulta particularmente útil si recordamos por donde anduvimos previamente ya que Metal Gear no cuenta con un mapa para orientarnos, y muchas pero muchas, puertas para abrir y explorar. Hay que decir que para los 30 años que tiene encima, Metal Gear se ve bastante bien, aunque no esperen una resolución de 16:9. Pero como se puede ver por los screenshots, el juego soporta bastante bien el paso del tiempo. Lo que van a encontrar curioso como mínimo es que las proporciones no son el fuerte de este juego, y un camión por dentro puede tener el tamaño de una casa, o albergar un ejército.
Donde no soporta bien el paso del tiempo, y hay que entender que se trata de un juego de 1987 es en sus controles y algunas mecánicas un tanto repetitivas. Para quienes hayan jugado títulos posteriores de la saga van a sentirse familiarizados con las llamadas por CODEC. Aunque en la primera aventura de Solid Snake están presentes, vamos a tener llamadas contextuales en ciertos momentos y se van a limitar a pocas líneas que nos indican a donde ir o aportan un poco de la historia.
Por otro lado los controles son bastante toscos, producto del D-Pad de la época, recordemos que el juego no tiene la culpa ni son problemas de diseño, solo es un juego muy viejo. No vamos a contar con movimientos en diagonal sino que nos limitamos a desplazarnos vertical y horizontalmente por el mapa. Lo bueno de esto es que mientras que los enemigos no están mirándonos directamente vamos a poder pasar por al lado sin ser vistos.
Para ir cerrando la review, los controles están adaptados tanto para teclado como para los mandos de Xbox One y PlayStation 4, aunque acá hay un inconveniente. Por alguna razón el juego no reconoce los gatillos de los controles de Xbox One, aunque si los reconocen si conectamos un DualShock 4. Esto no es un problema para Metal Gear en sí, aunque sí para Metal Gear Solid y MGS2 de lo que vamos a hablar más adelante.
Metal Gear se puede conseguir en la tienda de GOG por U$S 5.44.
