Esta vez escribo el artículo del mes más temprano de lo acostumbrado debido a un motivo en especial: ¡EL BLOG CUMPLE UN AÑO!…así es, hace exactamente 12 meses que empecé este ejercicio mental para ayudarme con mi memoria (que ha mejorado bastante) y luego se convirtió en un espacio de noticias para lo que hacemos en Crios (ya saben…ese grupo pequeño de desarrollo que quiere dominar el mundo y actualmente está en el ámbito de videojuegos). Igualmente…a fin de mes escribiré más del tema y haremos un pequeño concurso con juegos originales de por medio.
Volviendo al tema central: Este último tiempo he estado mas «espiritual» en el ámbito tecnológico, parece loco, pero esas dos palabras pueden estar juntas y en algunos casos se da bien esa relación: lo creado por el ser humano para un fin junto a su rasgo personal, su esencia volcada a ese producto tecnológico que lo hace único e irrepetible ya que todos somos distintos aunque compartimos ciertas cosas.
El ejemplo más cercano de lo que dije más arriba son los productos Apple en general, donde cada detalle y cada aspecto se cuida…hasta lo que no se ve y puede que nunca se vea a simple vista está cuidado a tal grado que parece que representa toda la filosofía zen. Puede parecer algo que muchos hacen, pero podes mirar esta gran diferencia al inspeccionar un producto de la compañía de la manzana con cualquiera de Samsung…no transmite la misma sensación al usarlo y el trato que te dan es distinto.
Así vienen de fábrica…todo se ve bien y ordenado tanto por fuera como por dentro, y el software es uno con el hardware.
Lo mismo que he descrito se puede volcar en los videojuegos: no necesariamente un juego tiene que ser una representación del punto de vista del desarrollador explicando la dificultad y frustración que tuvo cuando bla, bla, bla…puede ser un conjunto de 50 personas dando todo de sí para representar la sensación de estar en un cuento de hadas o simplemente que todo funcione como corresponde y traiga un rato agradable a quien lo use (y con «simplemente» no me refiero a que sea algo fácil de hacer en verdad).
Con lo anterior, muchos se les vendrá a la cabeza juegos con historias súper complejas o que expresan algo muy personal del autor como lo es Limbo por ejemplo… pero no necesariamente eso quiere decir que el juego tenga un «alma», que nos haga sentir alegres o que cuando bajamos el joystick nos deja pensando. Esto puede pasar hasta con los Mega Man clásicos, que al derrotar un jefe final nos sentimos más fuertes, más inteligentes y notamos que cada detalle del mismo fue tratado con lo mejor que se podía.
La tranquilidad de la mente y la potencia de la tecnología que creamos, el equilibro perfecto.
Lo del «alma» también puede verse cuando un programador hace su código, uno transmite mucho de lo que siente en ese momento y de lo que es generalmente como persona…el código (sea de un programa para negocios o un juego) tiene que ser tratado como un libro a la hora de hacerse, tener prolijidad y que alguien al verlo diga «¡Es hermoso!», puede que nadie más que uno lo vaya a ver pero eso sería como un monje que da mensajes de paz y amor aunque dentro suyo hay una bola de odio y perversión (ni idea porque fue el primer ejemplo que se me vino a la cabeza…tal vez fui violado por uno).
Abran los ojos, vean lo que tienen…busquen sus detalles que son los que les da espíritu. Vean la gran diferencia al usar (legalmente hablando) Google Play y App Store, o como funciona el sistema de una consola de Nintendo (que yo la veo como el equivalente a Apple en la industria de los videojuegos) con el de Xbox…la tecnología puede ser tan hermosa y llena de espíritu como algo que hay en la naturaleza o en una pintura. Busquen y pongan su alma, su esencia, en todo lo que hagan; desde pintar hasta martillar o soldar. Saludos y Game Over…ya pueden acercase al calor del mate y levantarlos por el año cumplido.
¡ALZAR SUS MATES POR UN AÑO MÁS!