Balan Wonderworld es un juego de plataformas en 3 dimensiones publicado por Square Enix y co desarrollado por su subsidiaria Balan Company que contó con Yuji Naka y Naoto Oshima, padres de Sonic The Hedgehog. Por este motivo las expectativas por Balan Wonderworld estaban bastante elevadas. Sin querer spoilear la reseña las cosas no terminaron de estar a la altura y tengo que decir que me siento defraudado tanto por lo que fue cómo por lo que pudo ser, pero antes de profundizar en eso vamos a ver de qué se trata lo nuevo de Square Enix. 

Balan Wonderworld nos pone en la piel de los jóvenes Emma y Leo, a quienes podemos elegir al principio de la aventura, tras quedar atrapados en el Teatro Balan y ser transportados a un mundo mágico por el Maestro Balan. Este ser misterioso nos traslada a un mundo mágico donde prima la música, los disfraces, y los bailes, pero que fue corrompido por los sentimientos negativos que habita en las almas. 

El juego se plantea, en principio, a lo largo de 12 capítulos que se dividen en dos partes más un jefe final, a los que podemos acceder desde un hub central cuántas veces queramos. Cada uno de estos capítulos cuenta una historia, de cómo los sentimientos negativos en el corazón de la gente corrompió lo más puro, y es nuestra tarea eliminar esa oscuridad. 

Balan Wonderworld habla de la frustración, la vergüenza, y el qué dirán, todas situaciones que llevan a la oscuridad en los corazones a tomar el control convirtiendo lo que una vez fue bueno en gigantescos jefes de nivel. En gran medida se notan algunos tintes de Kingdom Hearts sobre todo en las criaturas de negatividad que aparecen como enemigos en determinadas regiones de los niveles. 

Al comienzo del juego sólo contamos con el primer capítulo y para ir desbloqueando los siguientes tenemos que encontrar las estatuas del Maestro Balan que están diseminadas por todos los niveles. La cosa es así, cada vez que conseguimos cierto número de estatuas un tren mágico nos hace aparecer nuevos capítulos a los que podemos acceder para seguir buscando trajes y estatuas. 

La realidad es que en los papeles Balan Wonderworld suena maravilloso, un plataformero con el corazón de la vieja escuela, mucha magia, y una mecánica que podría haber resultado mucho más interesante, e incluso lo es por momentos, los disfraces. El problema es que en la práctica Balan Wonderworld se siente como una serie de buenas ideas inconexas que de momentos, y solo de momentos dan un atisbo de lo que podría haber sido e incluso da lugar a sacarnos algunas sonrisas. 

Para clarificar un poco las cosas vamos a separar todo en las partes correspondientes, primero que nada quiero hablar sobre la mecánica de los disfraces que vamos a estar buscando por todos los mundos. El juego cuenta con 80 disfraces que al igual que las máscaras en Majora ‘s Mask le dan al jugador diferentes habilidades que podemos usar. 

En este sentido los disfraces son bastante variados pero cuentan con un solo problema, y es que el juego prácticamente se controla con el stick y dos botones. Aunque sí somos honestos hay otro inconveniente más, y es que cada disfraz está detrás de una llave pero estas suelen estar a varios pies o metros del cofre que los contiene. Cada vez que un enemigo nos toca una sola vez vamos a perder el traje que llevemos, lo que implica ir a agarrarlo de nuevo, Esto podría tener su dificultad, pero cómo bien dije las llaves están tiradas prácticamente al lado y sólo en algunos casos tenemos que hacer algo de “exploración” para hallarlos. 

En lo que respecta a los disfraces sólo podemos llevar hasta 3 a la vez, y sólo tienen un ataque o movimiento cada uno porque Balan Wonderworld es un plataformero de un sólo botón. A pesar de sentirse bastante limitado, el sistema de disfraces, y su enorme cantidad de variantes obliga al backtracking, fomenta a que busquemos todos y volvamos a niveles anteriores si queremos conseguir todas las estatuas de Balan.  

Supongamos que tenemos el traje de iguana que nos permite usar la lengua para acceder a determinados lugares, bueno este es el único movimiento que podemos hacer y el  traje no nos permite saltar. Pero si tenemos otro traje cómo el del robot podemos cambiarlo para saltar a las zonas que necesitemos, por lo que siempre tenemos que tener en cuenta llevar algún traje que nos deje saltar ya que después de todo es un juego de plataformas. 

Además los jefes de cada capítulo se pueden enfrentar con diversos tipos de ataques según el traje que tengamos equipado en ese momento. Y vencer al enemigo con 3 tipos diferentes de combates (es decir de trajes) nos entrega esas preciadas estatuillas de Balan que nos permiten avanzar en el juego. 

En este sentido Balan Wonderworld nos invita a experimentar con diferentes formas de atacar a los bosses, y ciertamente son los momentos más memorables que tiene el juego. Además ofrecen una leve sensación de estrategia a la hora de enfrentarlos, ya que no siempre es clara la forma en que tenemos que emplear los disfraces de turno para cumplir la tarea. Por otro lado, cabe remarcar que las peleas con los jefes son bastante entretenidas y estos tienen diseños bastante interesantes que destacan por sobre manera. 

Cómo dije antes los niveles están conectados por un hub central que sirve como hábitat para los Tim, unos bichitos que encontramos en todos los mundos y que, bueno la verdad no queda en claro para qué están. La cosa es que los Tim nos alcanzan objetos dentro de los niveles y fuera en la gran isla tienen el propósito de reproducirse y trabajar en una gran maquinaria. Cuantos más Tim tenemos más rápido se puede reparar el reloj de la felicidad que se ubica en el centro del mapa. 

Para esto tenemos que alimentar a los Tim con Drops, unos cristales de colores que hallamos dentro de los niveles, y que dependiendo del color le van a dar diferentes características a los pequeños bichitos. Además de las Drops, en los niveles nos vamos a encontrar con huevos de Tim que podemos hacer eclosionar una vez que estamos fuera de cada capítulo… 

… Sólo para ponerlos a trabajar en una rueda para construir el reloj de la felicidad… Sí bueno, ¿Quién tiene hambre?. Los Tim tienen hambre, y cómo dije la forma de alimentarlos es con los Drops, y cuando tienen un tamaño suficiente podemos tirarles con Tims más chicos lo que hace que se vuelvan chicos otra vez pero dejen atrás un huevo con otro Tim. A esta altura las mecánicas de estas criaturas son un tanto extrañas y la realidad carecen un poco de sentido, pero mientras estemos dentro de los niveles nos van a ayudar a romper un campo de oscuridad que sella unos fragmentos de corazón que tenemos que alcanzar al final de cada nivel. 

Cómo dije al comienzo de la reseña Balan Wonderworld está inspirado en el teatro y la música, y es por eso que vamos a encontrarnos con diversos personajes que bailan constantemente y suelen estar disfrazados con el traje que se encuentra cerca. Todo el mundo suele ser algo completamente irreal, poblado con gente disfrazada e incluso con versiones gigantes de la persona que queremos rescatar de la oscuridad en ese mundo. 

Por otro lado, mientras que algunos niveles tienen un mapeado que invita a buscar caminos ocultos, otros parecen pedazos de nivel recauchutados para componer secciones ilógicas que parecen imposibles sin intentar romper el mapa. Esto puede que sea a propósito pero muchas veces está a simple vista el objetivo y no se sabe si es un obstáculo o un pobre diseño del nivel. Sí hay que enfatizar que muchas estatuas de Balan se consiguen cuando tenemos otros trajes a disposición.

Cómo siempre para ir redondeando la review quiero dedicarme al apartado gráfico de Balan Wonderworld, que en este caso es otro de los puntos complicados que tiene el juego. Aunque definitivamente los gráficos no lo son todo, y lo que tiene que primar es la diversión y el gameplay,  Balan Wonderland se siente flojo en este apartado y varía en un amplio espectro dependiendo de en qué parte del juego estemos parados. 

Sí quiero aclarar que la versión que se reseñó del juego es la de Nintendo Switch, por lo que no puedo hablar sobre rendimiento, y  algunos de los puntos que voy a cubrir, en las versiones de PC y otras consolas. Pero habiendo sacado eso del medio, por un lado las cinemáticas se ven alucinantes y anticiparon un juego con una calidad similar a otros grandes de Square Enix, pero una vez estamos dentro el juego tiene una amplia gama de cosas que se ven muy bien a otras que se ven varias generaciones para atrás.  Uno de los mundos por ejemplo nos deja activar unos switch que nos permiten volar con determinado traje y goza de un apartado artístico y gráfico alucinante donde todo se ve cómo si fuera de noche en la película Avatar.

El mundo de los plataformeros en 3 dimensiones tiene hoy exponentes como Super Mario Odyssey, A Hat in Time, e incluso Yooka Lay Lee and The Impossible Lair, pero Balan Wonderworld no se acerca a ninguno de esos en el entorno gráfico. Además de esto el rendimiento, en Nintendo Switch al menos, deja mucho que desear y tiene momentos donde los cuadros por segundo caen incluso cuando la consola está dockeada. Además esto suele ocurrir cuando atacamos algún enemigo y la pantalla está llena de cosas, o cuando saltamos y movemos la cámara para atacar.

Además, y quiero volver a aclarar que solo puedo hablar por la versión que jugué y es la de Nintendo Switch, cuando nos acercamos a los personajes que pueblan el mundo estos solamente desaparecen. Esto se puede deber a tener que descargarlos de la memoria para no impactar el rendimiento pero hace que los niveles se sientan bastante vacíos. Por otro lado los jugadores no pueden hablar con otros personajes dentro de los mundos y estos sólo están para aportar algo de vida y color, lo que hace que cuando se desvanecen sea muy notorio. 

Balan Wonderworld se puso a la venta el día 26 de Marzo de 2021 para las consolas PlayStation 4 y 5, para Xbox One y Series, y para PC en la tienda de Steam. En consolas el juego cuesta unos 60 dólares, mientras que la versión de PC se puede conseguir por $ 3.499 argentinos en la tienda de Steam.