Como factor importante en el juego tendremos un apartado visual muy bien logrado, con colores vibrantes, suaves y realizados con un gran cuidado. Realmente, ningún escenario se siente repetido o reciclado y seguramente nos encontremos bajando los brazos para detenernos un momento y apreciar lo que tenemos frente a nuestros ojos.

Todo lo anterior es hasta que viene nuestro primer obstáculo y morimos. Lo cierto es que estamos enfrente de una especie de aventura gráfica mezclada con muchos puzzles y elementos de plataformas que nos hace recordar a juegos como Flashback o Another World y, como tales, veremos a nuestro personaje fallecer de muchas maneras diferentes si metemos la pata.

 Para evitar esto no tendremos que hacer uso de la fuerza física sino de nuestro cerebro y astucia para avanzar. Los puzzles que se nos presentan son de lo más variopintos y pueden ir desde encontrar un objeto y ponerlo en otro lugar, deshacernos de algunos Wachka molestos poniéndoles trampas o descifrar una combinación con caracteres inteligibles y si bien esto puede tirar para atrás a muchos que estaban esperando un simple juego de plataformas, lo cierto es que los problemas a resolver tienen un balance justo de dificultad de tal manera que nos veamos interesados en resolver un puzzle más antes de ir a dormir.
La contra de este balance es que en el interim estaremos yendo y viniendo un poco perdidos por los escenarios logrando así un sentimiento de tedio bastante grande, pero que se esfuma fácilmente al resolver el problema entre manos.

 Un dato de lo más curioso y algo que veo muy positivo es la narrativa del juego: en el mundo de Candle, ninguno de los personajes habla mediante texto, sino que se te van contando los hechos mediante distintas imágenes y animaciones que expresan de forma muy clara lo que se desea transmitir, mientras un narrador va dando sus comentarios acerca de lo que está pasando en ese momento. La forma de contar la situación sumado al aspecto artístico, nos hace sentir como que estamos en una especie de cuento para niños y personalmente, genera mucha sensación de confort.